“El que tenga oídos, que oiga”.
Año 2024
Ciclo B
Miércoles de la Decimosexta semana de T.O.
Color: blanco
SANTOS y EVENTOS del día:
[Enlace Santos del día]
San Charbel Makhlüf, presbítero
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Comienzo del profeta Jeremías (Jer 1, 1. 4-10)
Palabras de Jeremías, hijo de Jilquías, uno de los sacerdotes residentes en Anatot, territorio de Benjamín.
En tiempo de Josías, el Señor me dirigió estas palabras:
«Desde antes de formarte en el seno materno, te conozco;
desde antes de que nacieras,
te consagré como profeta para las naciones».
Yo le contesté: «Pero, Señor mío,
yo no sé expresarme,
porque apenas soy un muchacho».
El Señor me dijo:
«No digas que eres un muchacho,
pues irás a donde yo te envíe
y dirás lo que yo te mande.
No tengas miedo,
porque yo estoy contigo para protegerte»,
palabra del Señor.
El Señor extendió entonces su brazo,
con su mano me tocó la boca y me dijo:
«Desde hoy pongo mis palabras en tu boca
y te doy autoridad sobre pueblos y reyes,
para que arranques y derribes,
para que destruyas y deshagas,
para que edifiques y plantes».
SALMO RESPONSORIAL
Sal. 70, 1-4a. 5-6b. 15ab. 17
R/. ¡Mi boca anunciará tu salvación, Señor!
Yo me refugio en ti, Señor, ¡que nunca tenga que avergonzarme! Por tu justicia, líbrame y rescátame, inclina tu oído hacia mí, y sálvame.
Sé para mí una roca protectora, Tú que decidiste venir siempre en mi ayuda, porque Tú eres mi Roca y mi fortaleza. ¡Líbrame, Dios mío, de las manos del impío!
Porque Tú, Señor, eres mi esperanza y mi seguridad desde mi juventud. En ti me apoyé desde las entrañas de mi madre; desde el seno materno fuiste mi protector.
Mi boca anunciará incesantemente tus actos de justicia y salvación. Dios mío, Tú me enseñaste desde mi juventud, y hasta hoy he narrado tus maravillas.
EVANGELIO DEL DÍA
Lectura del santo Evangelio según san Mateo (Mt 13, 1-9)
Un día salió Jesús de la casa donde se hospedaba y se sentó a la orilla del mar. Se reunió en torno suyo tanta gente, que él se vio obligado a subir a una barca, donde se sentó, mientras la gente permanecía en la orilla. Entonces Jesús les habló de muchas cosas en parábolas y les dijo:
«Una vez salió un sembrador a sembrar, y al ir arrojando la semilla, unos granos cayeron a lo largo del camino; vinieron los pájaros y se los comieron. Otros granos cayeron en terreno pedregoso, que tenía poca tierra; ahí germinaron pronto, porque la tierra no era gruesa; pero cuando subió el sol, los brotes se marchitaron, y como no tenían raíces, se secaron. Otros cayeron entre espinos, y cuando los espinos crecieron, sofocaron las plantitas. Otros granos cayeron en tierra buena y dieron fruto: unos, ciento por uno; otros, sesenta; y otros, treinta. El que tenga oídos, que oiga».
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