Año 2025
Ciclo C
Jueves de la IV semana de Pascua

“El que recibe al que yo envío, me recibe a mí”.

Audio del Evangelio

Lecturas del Día:
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles
Hechos 13, 13-25

En aquellos días, Pablo y sus compañeros se hicieron a la mar en Pafos; llegaron a Perge de Panfilia, y allí Juan Marcos los dejó y volvió a Jerusalén. Desde Perge siguieron hasta Antioquía de Pisidia, y el sábado entraron en la sinagoga y tomaron asiento. Acabada la lectura de la ley y los profetas, los jefes de la sinagoga les mandaron decir: «Hermanos, si tienen alguna exhortación que hacer al pueblo, hablen».

Entonces se levantó Pablo, y haciendo señal de silencio con la mano, les dijo:

«Israelitas y cuantos temen a Dios, escuchen: El Dios del pueblo de Israel eligió a nuestros padres, engrandeció al pueblo cuando éste vivía como forastero en Egipto y lo sacó de allí con todo su poder, lo alimentó en el desierto durante cuarenta años, aniquiló siete tribus del país de Canaán y dio el territorio de ellas en posesión a Israel por cuatrocientos cincuenta años. Posteriormente les dio jueces, hasta el tiempo del profeta Samuel.

Pidieron luego un rey, y Dios les dio a Saúl, hijo de Quis, de la tribu de Benjamín, que reinó cuarenta años. Después destituyó a Saúl y les dio por rey a David, de quien hizo esta alabanza: He hallado a David, hijo de Jesé, hombre según mi corazón, quien realizará todos mis designios.

Del linaje de David, conforme a la promesa, Dios hizo nacer para Israel un salvador, Jesús. Juan preparó su venida, predicando a todo el pueblo de Israel un bautismo de penitencia, y hacia el final de su vida, Juan decía: ‘Yo no soy el que ustedes piensan. Después de mí viene uno a quien no merezco desatarle las sandalias’ «.

Evangelio del Día
Lectura del santo evangelio según san Juan
Juan 13, 16-20

En aquel tiempo, después de lavarles los pies a sus discípulos, Jesús les dijo:

«Yo les aseguro: el sirviente no es más importante que su amo, ni el enviado es mayor que quien lo envía. Si entienden esto y lo ponen en práctica, serán dichosos.

No lo digo por todos ustedes, porque yo sé a quiénes he escogido. Pero esto es para que se cumpla el pasaje de la Escritura, que dice: El que comparte mi pan me ha traicionado. Les digo esto ahora, antes de que suceda, para que, cuando suceda, crean que Yo soy.

Yo les aseguro: el que recibe al que yo envío, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me ha enviado».

Las palabras de los Papas

¿Cómo podemos entender si realmente tenemos fe, es decir, si nuestra fe, aunque minúscula, es genuina, pura y directa? Jesús nos lo explica indicando cuál es la medida de la fe: el servicio. Esta actitud hacia Dios se refleja también en el modo en que nos comportamos en comunidad: se refleja en la alegría de estar al servicio de los demás, encontrando ya en esto nuestra propia recompensa y no en los premios y las ganancias que de ello se pueden derivar. Esto es lo que Jesús enseña al final de esta lectura: «Cuando hayáis hecho todo lo que os fue mandado, decid: “Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer”» Siervos inútiles; es decir, sin reclamar agradecimientos, sin pretensiones. “Somos siervos inútiles” es una expresión de humildad y disponibilidad que hace mucho bien a la Iglesia y recuerda la actitud adecuada para trabajar en ella: el servicio humilde, cuyo ejemplo nos dio Jesús, lavando los pies a los discípulos. (Papa Francisco, Angelus, 6 de octubre de 2019)

Fuente: VaticanNews

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